22 julio, 2011

Act. React. Get what you give.


¿A poco no es por demás SABROSO ver cuando recibes lo que mereces? Sea bueno, malo o excelente... es muy gratificante. Claro, no se compara cuando el karma aplica a gente cagalera. Eso es más gratificante que el primer sorbo de café por la mañana.

Compañeros de trabajo son mis principales sujetos de estudio y son los que me hacen llevaderas las jornadas laborales. No hablo de mis amigos o compañeros directos... hablo de esos que se sientan a varios metros o los que están en diferente departamento, otros pisos y así.

Hay de todo: infieles, jodidos, jodones, soberbios, gays, gays de closet, homofóbicos, putas, mustias (que generalmente son las más putas) etc., etc.

El frustrado sueño de psicoanalista cobra vida diariamente. Desde el primer 'buenos días' hasta el último 'nos vemos mañana, bye' es un constante estudio de la personalidad humana.

Dentro del estudio me he percatado de la función que ejerce el karma en todos. Es tan palpable a veces, que les pasa desapercibido a la mayoría. Constantemente echan culpas para librarse de las responsabilidades. Y lo peor es la facilidad con la que lo hacen.
Bendito karma, que más temprano que nada les pasa el ticket (not refundable) de las acciones.

Por eso me vale madre lo que piensen de mi, para que les valga madre lo que pienso de ellos, mis sujetos de estudio.

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